Sólo miden siete centímetros y medio. La crisis del petróleo de los años setenta derivó en un aumento del precio del plástico, material básico en la industria juguetera. Geobra, empresa alemana que en la década anterior había basado su éxito en la venta de hula-hops, necesitaba adaptarse a la nueva situación, así que centró sus esfuerzos en la fabricación de figuras humanoides de reducidas dimensiones, como exigían los tiempos. Así surgieron los playmobil.
En 1971, Hans Beck trabajaba en la fábrica de Geobra en Zirndorf, Alemania. El propietario de la empresa, Horst Brandstätter, le encargó el desarrollo de una nueva línea de productos, y su propuesta fue una serie de coches de pequeño tamaño acompañados de figuras humanas. Beck entendió rápidamente que las posibilidades de desarrollo de estas figuras eran tales que debían ser los protagonistas de la nueva producción en lugar de los propios vehículos. Brandstätter era mucho más escéptico, lo que supuso una ralentización en el desarrollo de los futuros playmobil. Tres años más tarde, sin embargo, la empresa presentó el nuevo juguete en el Salón de Núremberg. Y el éxito fue inmediato.
Seguir leyendo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario